Cada día recibimos muchísimos estímulos que hemos de procesar. Algunos los digerimos más rápido porque nos parecen alineados con lo que pensamos, otros tardamos algo más. Sin embargo, lo realmente importante no es aquello que nos dicen, los miles de estímulos que procesamos, sino lo que hacemos con ellos. Uno de ello muy recurrente en estos días «la vuelta a la rutina», «otra vez lo mismo» «vuelta a empezar», «otro año para detrás» ¿Así sin más? ¿Eso es nuestra vida? Me niego a aceptar esas frases. Por tanto no es lo que decimos o pensamos, sino lo que hacemos con todo ello. Personalmente, recomendaría tirar esos pensamientos al cubo de la basura.
